Pero sin dudas "la perlita" de lo publicado es el reportaje a Carlos Nine del que extraigo algunas de las preguntas y sus respuestas:
-¿Por qué está emergiendo la ilustración gráfica en el mercado del arte?
-Supongo que porque quienes exponen ahora en las galerías de arte no hacen pintura. Lo que quiere el coleccionista es un objeto pintado y no hay; hay instalaciones, performances . ¿Y dónde se concentran los que saben dibujar? En la gráfica y en la historieta. Entonces, el original de una página de Enki Bilal, un célebre autor de cómics yugoslavo radicado en París, por ejemplo, puede trepar a cientos de miles de euros. Y ya no se vende la página, se vende la viñeta; una página puede tener seis viñetas. Los italianos tienen galerías de imágenes, como una forma de abarcarlo todo: pintura, pero también historieta, videos, fotografías. Es una forma más democrática y más viva. Un fenómeno interesante, porque es una tendencia de mercado. Este fenómeno está presidido por el Festival de Angulema, en Francia. Todos los años se presentan allí 5000 títulos de libros de cómics. Estamos hablando de historieta de autor; el superhéroe es otra cosa, es de Estados Unidos. En Angulema se encuentran desde los que son prácticamente pintores hasta los más populares.
-¿El ambiente de la plástica valora el fenómeno?
-Quienes están dentro de un gueto, no. Acá se lo mira de soslayo. En Europa son más disimulados, e incluso los pintores reconocen que toman cosas de la gráfica. En realidad, un gráfico está solucionando problemas visuales que se le presentan a cualquier artista. En un libro yo puedo necesitar, para el relato, unos 400 cuadros, y tener que resolverlos en tres meses; debo solucionar problemas de composición, de color, de línea y de diagramación que son los mismos que tiene un pintor. En tamaño más pequeño pero en cantidades enormes. Eso adiestra, da una habilidad tremenda. A mí solía indignarme el hecho de que, habiendo tenido todos en la infancia una primera educación artística a través de la gráfica de las revistas, después pretendieran argüir que eran experiencias de bajo nivel. Cuando yo era chico, heredé la colección de la revista Caras y Caretas que fue de mi abuelo, y allí estaban Zavattaro, Alonso, Giménez, Málaga, Grenet, Sirio. Hoy casi nadie los conoce, pero comparados con esos artistas, los pintores de galería siempre me parecieron colegialas desorientadas a la pesca de un novio.
Para leer el reportaje completo, click en: Nine, el mago
La nota incluye un interesante video donde se lo puede ver al gran ilustrador argentino en su casa/taller:
Nando Cartoonista en Technorati
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