Respeto, comprensión y entendimiento mutuo son los tres pilares de '
Dibujando por la Paz', una exposición itinerante, promovida por el humorista francés
Plantu, que hoy abre sus puertas en la Galería del Instituto Francés de Madrid. "Quiero creer que es posible cambiar el mundo, pero esta misma mañana [por ayer] tuve un momento de debilidad y me dio por pensar que todo esto no sirve para nada. Depende del día: a veces pienso que mi trabajo es útil, y otras no tanto", explica Jean Plantureux (París, 1951).
"Tenemos una responsabilidad social. Nuestro trabajo es indignarnos y contar los motivos de esa indignación. Cuando sentimos frustración ante algo, nuestro deber es trasladarlo a una imagen y denunciarlo. No se trata de hablar por hablar, sino de enriquecer al lector y alimentar el debate", señala Plantu.
"Trato de cruzar opiniones, algo que va en contra de la tendencia general al formateo. Cada vez es más frecuente que la opinión de la mayoría aplaste el punto de vista de la minoría", añade el responsable de "Dibujando por la Paz", muestra que reúne ilustraciones de autores como Manel Fontdevila, Kap o Elena Ospina.
La libertad de expresión, uno de los bienes más preciados del ser humano, pasa en la actualidad por momentos difíciles. "Los dibujantes chinos, iraníes..., saben mejor que nadie lo que significa vivir en una dictadura, donde si publicas determinados dibujos puedes ir a la cárcel", advierte Plantu.
"En nuestras democracias, como España o Francia, la situación es mucho más sutil e hipócrita, porque no existe un censor como tal, sino que la opinión se unifica a través de las audiencias y el marketing.
Vivimos en democracias dormidas, en las que no podemos pensar por nosotros mismos", lamenta.
Residente en Madrid desde hace varios años, la ilustradora colombiana Elena Ospina coincide con la visión de Plantu: "La libertad siempre ha estado amenazada, y existe una permanente autocensura en todos los medios de comunicación. La corrección política y la libertad de expresión son una combinación difícil".
La situación no pinta tan negra para Manel Fontdevila, dibujante del diario Público y la revista El Jueves. "Hay libertad, pero no la usamos tanto como deberíamos. La gente se acostumbra a no molestar, y por ser moderado acabas teniendo un discurso mojigato. ¡Digamos lo que hay que decir, seamos duros!", proclama.
Igual de reivindicativo se muestra Jaume Capdevila 'Kap', humorista gráfico de La Vanguardia. "La imagen, el dibujo y la sátira pueden conseguir que el mundo sea un lugar más positivo. Las imágenes no tienen fronteras, llegan a todo el mundo. Nuestro trabajo es transmitir ideas, y por eso en ciertos países se considera el dibujo como algo peligroso"
Fuente: diarios
El País y
ABC de España