En 2004, Roberto Fontanarrosa le arrancaba sonrisas al III Congreso de la Lengua sugiriendo amnistiar a las malas palabras. Siete años después, sobre el mismo escenario del teatro El Círculo de Rosario, un grupo de colegas, amigos y compinches se reunieron ayer para recordar al Negro y a sus personajes. Su figura y sus obras serán evocados hasta el domingo, el día en el que finaliza en esta ciudad el primer Festival Internacional de las Artes.
El editor Daniel Divinsky, el dibujante Miguel Rep, Daniel Rabinovich, integrante de Les Luthiers, y los escritores Juan Sasturain y Daniel Samper Pizano, formaron el panel del recuerdo, un encuentro de “galanes” ambientado como si se tratara de una sucursal del bar El Cairo, el lugar en el que paraba Fontanarrosa. Había sobre el escenario mesas con adornos florales, sillas de madera, manteles blancos. Hasta un mozo muy particular, que jugó con los invitados y sirvió café para todos.
Samper Pizano destacó al escritor, al dibujante, al autor teatral indirecto. “En todas esas disciplinas nos dejó un evangelio”, aseguró el colombiano. Divinsky repasó anécdotas y Sasturain consideró que su obra “tiene una docena de cuentos que está para cualquier antología argentina”.
“No trabajaba de modesto. Era así. No era un tipo pretencioso ni en literatura ni en plástica, que son los mundos que unió”, lo recordó Rep. “Nadie se acuerda del Negro sin sonreír. Eso siempre me llama la atención”, resumió Rabinovich. Todos reían, aunque a la mesa de café le faltara un invitado central.
Fuente: Revista Ñ (tomado textual)
Bonus Track: la cobertura de la charla de café, dondo estuvieron contando anécdotas Daniel Ravinovich, Miguel Rep, Daniel Divinsky, Juan Sasturain y Daniel Samper Pizano.
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