Seis meses de cárcel le costó a Honoré Daumier (1808-1879) la publicación en 1832 de una viñeta del rey Luis Felipe al que representaba como el obeso y tragón Gargantúa. Esa célebre ilustración forma parte de las doscientas veinte obras que se exhiben desde hoy hasta el 8 de junio en la Biblioteca Nacional de Francia y dan cuenta de la modernidad de la obra de un artista comprometido que nació hace ya dos siglos.
En "El vientre legislativo", una de sus más célebres caricatura, Daumier retrata la bajeza política
Las piezas que se exhiben muestran, además de su valentía y actualidad, las innovaciones técnicas, estilísticas y estéticas que aportó Daumier a la caricatura. Un artista que tras su muerte ha sido comparado con Goya en su arte de plasmar las miserias y bajezas humanas.
Había llegado a los 8 años a París desde Marsella junto a su familia y después de trabajar como bedel en tribunales y librerías decide estudiar dibujo, lo que le llevará a convertirse en uno de los caricaturistas más influyentes de la historia de Francia.
Desde los 21 hasta su muerte, con algunas interrupciones, Daumier trabajó como dibujante para publicaciones como La Silhouette, el primer semanal satírico ilustrado de Francia, Charivari, o La Caricature, encabezando lo que luego se entendería como la época dorada del arte satírico francés.
Su influencia en el arte de la viñeta política fue tan significativa que todavía hoy hay quienes evocan su imagen de Le ventre legislatif, en la que los parlamentarios aparecen representados como hombres gordos de rostros angulosos y macabra expresión, cuando piensan en la Asamblea Nacional.
Aunque Daumier se ganó un nombre como caricaturista, nunca llegó a ser reconocido como artista en una época en la que destacaban maestros románticos como Eugène Delacroix, Gustave Courbet o Aimé Millet.
Su personaje Ratapoli, un agente de la propaganda de Napoleón III, volvió a enfrentar a Daumier con la censura, por lo que el periódico Charivari, del que fue el primer caricaturista en producir una viñeta diaria, decidió despedirle para calmar los ánimos.
Ese acontecimiento fue el principio de la caída del dibujante, que tendrá que abandonar París al no poder pagar el alquiler de su taller y se instalará en Valmondois (afueras de la capital) donde se consagró a la pintura y dedicó una serie de cuadros al tema de Don Quijote.
Daumier, casi ciego y mantenido por una modesta pensión del Gobierno, muere poco después de que sus amigos le organizasen una poco exitosa exposición retrospectiva, cuyo comité presidía el poeta Victor Hugo.
Para ver más dibujos, pinchar en: La sátira política de Daumier
Para ver más info y dibujos: Honore Daumier. Monsieur Par Suite de la Fusion, Je Vous Rends L' Argent de Vos Actions...
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