Walt Disney contaba en una entrevista en el Wall Street Journal en 1958 que la fórmula de su éxito había sido soñar, diversificar y no dejar pasar las oportunidades. Efectivamente, soñó o hizo que soñaran por él, diversificó el producto que ofrecían sus estudios hasta crear decenas de personajes inolvidables que protagonizaron otras tantas películas inmortales y aprovechó todas las oportunidades que se le presentaron, generalmente aquellas que le permitían ganar más dinero con una menor inversión.En un artículo publicado en ABC.es dan cuenta que Un joven sueco ha colgado en YouTube un video con un montaje mostando las animaciones repetidas:
La técnica, conocida como “video-referenciar”, ahorra dinero al estudio, copiando directamente la animación de una cinta ya existente y saltándose el engorroso paso de animar paso paso tomando como modelo humanos reales.Las mismas animaciones creadas para "Blancanieves y los siete enanitos" (1937) se reciclan en "Robin Hood" (1973) ; los que sirvieron para "Merlín el encantador" (1963) se repiten en "El Libro de la Selva" (1967) y determinados movimientos especiales, como caídas o saltos, aparecen
una y otra vez de la misma manera en muchas producciones del gigante de los dibujos animados.Un portavoz de Disney consultado por el medio británico Times Online se negó a confirmar si los estudios continuaban con la práctica. Algunos, dolidos, la consideran ilícita, otros, un recurso inevitable en películas de la complejidad de las superproducciones Disney, máxime cuando aún se elaboraban de forma artesanal y completamente a mano. Otros, se lo toman con humor y apuntan que las canciones de pop sueco también están prefabricadas.
Fuente: ABC.es
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